miércoles, 15 de junio de 2011

Una buena comunicación une la familia

Una buena comunicación une la familia

Por supuesto, no existe una regla básica para mejorar la comunicación en una família. Cada familia es un mundo distinto y tiene un lenguaje único. Sin embargo, deberían existir, como forma para mejorar la comunicación, la voluntad, el interés, y la disponibilidad, por parte de los padres, para que este espacio sea creado y vivido intensamente, en la medida de lo posible. Si lo que quieren es una familia unida, la mejor vía, el camino más acertado, es la comunicación.

Consejos para fomentar la comunicación entre padres e hijos

1. Observa el tipo de comunicación que llevas a cabo con tu hijo. Dedica unos días de observación, libre de juicios y culpabilidades. Funciona muy bien conectar una grabadora en momentos habituales de conflicto o de sobrecarga familiar. Es un ejercicio sano pero, a veces, de conclusiones difíciles de aceptar cuando la dura realidad de actuación supera todas las previsiones ideales.
Por supuesto, no existe una regla básica para mejorar la comunicación en una família. Cada familia es un mundo distinto y tiene un lenguaje único. Sin embargo, deberían existir, como forma para mejorar la comunicación, la voluntad, el interés, y la disponibilidad, por parte de los padres, para que este espacio sea creado y vivido intensamente, en la medida de lo posible. Si lo que quieren es una familia unida, la mejor vía, el camino más acertado, es la comunicación.



2. Escucha activa y reflexivamente cada una de las intervenciones de tus hijos. Valora hasta qué punto merecen prioridad frente a la tarea que estás realizando; en cualquier caso, nuestra respuesta ha de ser lo suficientemente correcta para no menospreciar su necesidad de comunicación.

3. Presta atención a las solicitudes de tus hijos. Si no podemos prestar la atención necesaria en ese momento, razonar con él un aplazamiento del acto comunicativo para más tarde. Podemos decir simplemente: dame 10 minutos y enseguida estoy contigo. Recordemos después agradecer su paciencia y su capacidad de espera.

4. Responde de maneras distintas. Evita el empleo del mismo tipo de respuestas de forma sistemática para que nuestro hijo no piense que siempre somos autoritarios, que le hacemos sentir culpable, que le quitamos importancia a las cosas o le damos sermones.

5. Deja las culpabilidades a un lado. Si hasta hoy los padres no hemos sido un modelo como comunicadores, pensemos que podemos mejorar y adaptarnos a una nueva forma de comunicación que revertirá en un bien para nuestra familia, suavizando o incluso extinguiendo muchos de los conflictos habituales con los hijos.

6. Cambia o mejora hacia una comunicación más abierta. Es aconsejable establecer un tiempo de prueba, como una semana o un fin de semana, para valorar si funciona o no y si debemos modificar algo más. Los padres tenemos los hábitos de conducta muy arraigados y cambiarlos requiere esfuerzo, dedicación y, sobre todo, paciencia (¡con nosotros mismos!).

martes, 14 de junio de 2011

Recetas para Niños??? Almendras Garrapiñadas

Recetas infantiles 

Ingredientes
250 Gr. de almendras crudas con piel
Azúcar

Tostar lentamente las almendras en una sartén.

Añadir azúcar y remover hasta que el azúcar se derrita y recubra a las almendras por todos los lados.

Ponerlas sobre una superficie fría hasta que se enfríen, se suelten y se sequen.

lunes, 13 de junio de 2011

Carta de un hijo a todos los padres del mundo


No me den todo lo que les pido a veces sólo pido para ver hasta cuánto podré tomar 

No me griten, los respeto menos cuando me gritan y me enseñan a gritar a mí también, y yo no quisiera gritar.

No me den siempre órdenes y más órdenes, si a veces me pidieran las cosas yo lo haría más rápido y con más gusto. 

Cumplan sus promesas, buenas o malas. Si me prometen un premio, quiero recibirlo y también si es un castigo.

No me comparen con nadie, (especialmente con mi hermano) si me presentan como mejor que los demás alguien va a sufrir y peor, seré yo quien sufra.

No cambien de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídanse y mantengan esa decisión. 

Déjenme valerme por mí mismo. Si hacen todo por mí nunca podré aprender. 
Corríjanme con ternura.

No digan mentiras delante mío, ni me pidan que las diga por ustedes, aunque sea para sacarlos de un apuro. Está mal. Me hace sentir mal y pierdo la fe en lo que ustedes dicen. 

Cuando hago algo malo no me exijan que les diga el "porqué lo hice" a veces ni yo mismo lo sé. Si alguna vez se equivocan en algo, admítalo, así se robustece la opinión que tengo de ustedes y me enseñaran a admitir mis propias equivocaciones. 

Trátenme con la misma amabilidad y cordialidad con que veo que tratan a sus amigos, es que por ser familia no significa que no podamos ser también amigos.
No me pidan que haga una cosa y ustedes no la hacen, yo aprenderé a hacer todo lo que ustedes hacen aunque no me lo digan pero difícilmente haré lo que dicen y no hacen.

Cuando les cuente un problema mío, aunque les parezca muy pequeño, no me digan "no tenemos tiempo ahora para esas pavadas" traten de comprenderme, necesito que me ayuden, necesito de ustedes.
Para mí es muy necesario que me quieran y me lo digan, casi lo que más me gusta es escucharlos decir: "te queremos"

Abrázame, necesito sentirlos muy cerca mío. Que ustedes no se olviden que yo soy, ni más ni menos que un hijo.

Por Marita Abraham